sábado, 26 de septiembre de 2009

Un no por la democracia

Tal vez podrían tacharme de un un hombre que juzga sin saber. Yo respondería, en palablas de Aristóteles, que "cada quien juzga lo que cree saber". Sé muy poco de Democracia, sé muy poco de historia, de filosofía política, de ciencias políticas, de derecho...pero tengo la necesidad de escribir lo que realmenente pienso.
Actualmente se discute, no sólo en la academia sino también en los cafés, sobre una posible re-elección de Alvaro Uribe. No es un secreto que desde el 2003 he sido un "anti-uribista", y al mismo tiempo un "anti-oposición". ¿Acaso no es una contradicción? ¿No es es lógico que si no se está con el gobierno se debe estar en la posición? Tal vez esté violando el principio lógico de la no-contradicción. Pero debo dar algunas reflexiones sobre las democracias latinoamericanas y en especial la colombiana.
El segundo mandato del presidente Uribe fue aprobado por el 62% de los votantes. Ha estado en el poder durante siete años consecutivos. Ha tenido logros y fracasos. Logros en el ámbito económico. Fracasos en el ámbito social. Ahora se aspira a un tercer mandato. Y aquí surge mi primera pregunta: ¿qué hay más anti-democratico que estar en el poder más de una década? ¿Acaso uno de los objetivos de la democracia no es propiamente la de evitar que un solo individuo esté en el poder por un largo período de tiempo? Lo interesante del asunto es que los colombianos no se han hecho estas preguntas, pero siguen defendiendo la re-elección del presidente en nombre de la democracia (!). Tal vez quellos que defienden ésta idea, en términos Sartreanos, viven de mala Fe. Esto es creerse su propia mentira, mientras se olvida que se esta mintiendo a los demás y a uno mísmo. Creer que la relección es para legitimar la democracia es solo la fachada de la verdadera razón: la sed de poder.
Ahora bien, otro de los "pecados" que cometen los demócratas latinoamericanos es creer que solo hay una clase de democracia. Aristóteles en su libro "La Política" explica al rededor de tres clase de democracia, lo que muestra que desde el comienzo de este régimen político hay, como yo las suelo llamar, varias cepas. La democracia nace en el mundo antiguo, es estudiada en el medioevo por los doctos, entre ellos Francisco de Padua. A finales del renaciomiento comienzan a crearse nuevos conceptos de democracias. Con la influencia de Kant nace aquello que denonominan Republicanismo de Montesquieu o Petit. Grantes teóricos del siglo XX han discutido cómo debe ser la democracia. Un vistazo a la historia nos deja claro que el concepto de democracia es uno de los más complejos y ambiguos que ha existido.
Cabe entonce preguntarse ¿por qué en nuestros pueblos se vive lo que hoy se está viviendo? En el segundo Congreso Episcopal Latinoamericano, que se llevo a caba en el 2000, se predijo lo que hoy vivimos: "nuestros pueblos latinoamericanos han salido de las dictaduras militares para entrar a las dictaduras por medios democraticos". Y esto no es nuevo, ya los griegos había predicho esto. Platón en la República, Aristóteles en la Política, Senéca en Sobre la felicidad, Stuart Mill en Sobre la libertdad, nos hablan de algo que hoy se denomina LA TIRANÍA DE LA MAYORÍA. O en términos del maestro Ortega y el profesor Canetti tiranía de la Masa. Quien diga que democracia es igual a no tiranía está equivocado. La democracia también puede terminar como una tiranian, donde los medios democraticos se convierten en instrumentos de opresión, sofocamiento, aniquilación, anulación de la minoría, de la oposición. El pueblo se convierte en el alcagueta del tirano. Y esto lo hace por medio de una retórica que apela a las emociones, ya que la masa es docil, tal y como lo describe Freud.
No quiero extenderme demasiado, solo quiero llamar la atención en el hecho de un tercer mandato de Uribe. No estoy de acuerdo, no se debe permitir que una sola persona esté en el poder más de una década. Debemos abrir los ojos, defender una verdadera democracia, una estado social de derecho. Ya se ha pasado por encima de la Constitución, y aunque ésta tenga contradicciones y algunos de sus artículos no tengan mucho sentido, debemos respetarla, cuidarla, ya que nos garantiza nuestros derechos como seres humanos. Invito al lecctor a reflexionar sobre las proximas elecciones, sobre la realidad del país, y forme su propia conclusión de qué clase de democracias queremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por el comentario